Las remesas no se detienen

PESE A LA inestabilidad política y los estragos de la crisis sanitaria, el flujo de las remesas no se ha detenido. De hecho, han tenido un crecimiento del cinco por ciento en los últimos 20 años, según el Banco Mundial. Solo en 2022, los países de bajos y medianos ingresos como Ecuador, recibieron 626.000 millones de dólares en envíos de dinero.

“Las remesas son una fuente vital de ingresos familiares, pues alivian la pobreza, mejoran los resultados nutricionales y están asociados con mayores tasas de matriculación escolar para los niños en los hogares desfavorecidos. Además, ayudan a los hogares que las reciben a desarrollar resiliencia mediante la financiación de mejores viviendas para hacer frente a posibles desastres”, detalló para diario Elpaís, Dilip Ratha, economista de Migración y Remesas del Banco Mundial.

Se estima que alrededor del 75 por ciento de las remesas se utiliza para costear la alimentación de una familia, cubrir gastos de salud o de vivienda. El resto, algunos migrantes lo ahorran o lo invierten en actividades que generan empleos. Así, contribuyen a transformar las economías especialmente en el sector rural.

En el informe del diario también se destaca a pesar de que en los últimos 20 años se han presentado varias crisis significativas (financiera, migratoria, sanitaria y la guerra en Ucrania), siempre se “repite la misma historia”: las remesas son el flujo que se mantiene más equilibrado.