Editorial Vistazo

EL ARQUITECTO DEL ACTUAL GUAYAQUIL

El italiano Francesco Maccaferri llegó hace 100 años a la ciudad con los planos del Palacio Municipal. Luego diseñó varios hospitales y casas, marcando el estilo de construcción de la Perla del Pacífico.

Por Darwin Borja / dborja@vistazo.com

Luego de varios años de investigaciones, el guayaquileño Florencio Compte Guerrero reveló un secreto escondido. “El patrimonio más importante que tiene Guayaquil fue diseñado por Francesco Maccaferri y la constitución de la arquitectura como una disciplina académica en el país también se lo debe a él”, indica Compte, quien ha realizado varias publicaciones sobre la historia urbanística de la Perla del Pacífico y es el autor del libro“La producción arquitectónica de frances comaccaferriy su relación con los cambios en la arquitectura de guay aquil ”.

Aunque no se le reconoció en vida, el legado del italiano Maccaferri está presente en varios rincones de la ciudad. En total, diseñó 50 casas y edificios. Uno de ellos, el primero y el más relevante, es el Palacio Municipal.

En 1923, cuando tenía 25 años, Maccaferri se graduó de arquitecto y, por sugerencia de su maestro Piero Portaluppi, participó en el concurso de proyectos para la nueva sede del Cabildo porteño. Su propuesta resultó ganadora entre dos mil iniciativas presentadas y en julio de 1923 arribó a la ciudad para trabajar en la Compañía Italiana de Construcciones, empresa encargada de la obra.

Manos a la obra

Luego de los incendios registrados a fines del siglo XIX y a inicios del XX, la ciudad modificó varias ordenanzas para que las nuevas construcciones sean realizadas técnicamente. Con ello, la Perla del Pacífico fue la primera urbe del país en usar hormigón armado en sus edifica-ciones. Estos cambios coincidieron con el segundo boom cacaotero, ya que para ejecutar la reconstrucción de Guayaquil se requería de presupuesto.

En ese contexto, el Palacio Municipal, que antes era de madera y fue destruido en 1908 por su vetustez, se convirtió en un ejemplo de la transformación de la ciudad. Con esa obra no solo arribaron nuevas técnicas de construcción, sino que se fueron incorporando el alcantarillado, el agua potable, la energía eléctrica, entre otros servicios públicos. Mientras que su inauguración, en el año 1929, coincidió con la crisis económica ocasionada por la presencia de plagas que afectaron la producción cacaotera.

La nueva sede del Cabildo, a criterio del arquitecto Compte, es un edificio neoclásico. Por ejemplo, el pasaje central se asemeja a la Galería Vittorio Emanuele II de Milán, ciudad en la que estudió Maccaferri. Los materiales del techo de esta área fueron elaborados en Italia. En cambio, para la construcción de las esquinas curvas o de los elementos ornamentales se requirió de personal calificado

que vino de Europa, como por ejemplo, se contrató un escultor italiano para que estableciera su taller en la ciudad. Además, fue necesaria la capacitación de albañiles. Todo un reto constructivo para la época.

El Hospital General, actualmente conocido como Luis Vernaza, obra de Maccaferri, fue reconocido en 1924 con el Primer Premio Municipalidad de Guayaquil, más tarde denominado Premio Ornato.

Más que planos

La huella arquitectónica de Francesco Maccaferri, entre 1923 y 1942, se traduce en 50 proyectos, ubicados en varios sectores de la ciudad. Entre ellos se destaca el Hospital General de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, actualmente conocido como Luis Vernaza. Esta obra fue reconocida en el año 1924 con el Primer Premio Municipalidad de Guayaquil, que más tarde se denominó Premio Ornato.

En su portafolio está el Hospital León Becerra y la iglesia San José. Además, la casa Guzmán Aspiazu, en donde se encuentra actualmente el Museo Nacional del Cacao, en la calle Panamá, también fue propuesta suya.

En el sur de Guayaquil diseñó el primer barrio obrero de Guayaquil, ubicado en las calles Gómez Rendón y Guaranda. Estas casas fueron construidas para los empleados de varias industrias.

Mientras que la primera obra moderna de Maccaferri en la ciudad es la villa Elisa de la familia Icaza Candell, en el barrio del Centenario. En esta edificación de tres plantas combina la tradición clásica italiana con el lenguaje moderno.

En otras hubo influencia de los diseños navales en la arquitectura. Eso se observa más en tres casas, dos de ellas fueron hechas para su familia política y la tercera para su hogar. Allí tuvo mayor libertad para diseñar. Una de ellas es la villa Parodi Valverde que fue realizada para sus suegros, padres de Luis Parodi Valverde, quien fue vicepresidente en el gobierno de Rodrigo Borja.

Su legado también ha estado en riesgo. Algunas de sus obras fueron demolidas, “otras han sido modificadas a tal punto de no ser reconocibles o que ese proceso de modificación no sea reversible. De estas 50 obras, alrededor de 40 todavía se conservan en buen estado”, señala Florencio Compte, quien considera necesario que las construcciones de Maccaferri sean consideradas bienes patrimoniales.

En tanto en la academia, fue fundador de la primera escuela de arquitectura del país vinculada a un centro de educación superior. En 1929 se creó esta carrera en la Universidad de Guayaquil y a su cargo estuvo la creación del pénsum de estudios. En el primer año fue el único profesor y para el segundo se incorporaron otros docentes.

No todo es perfecto

Maccaferri solo ejerció la arquitectura en Guayaquil durante 19 años. Un terremoto de 7,9 de magnitud Richter, que afectó a la ciudad el 13 de mayo de 1942, le impulsó a dejar su profesión. A causa de ese sismo, varias construcciones se derrumbaron, entre ellas una diseñada por él. El edificio de Manuel Cucalón, ubicado en la esquina de las calles Colón y Pichincha, fue afectado, lo que provocó una decena de personas fallecidas, y a raíz de esto fue enjuiciado.

Aunque quedó exento de toda responsabilidad legal, a sus 44 años decidió retirarse de la arquitectura. Este caso, que fue recopilado por la prensa porteña, se convirtió en una fuente para Florencio Compte, ya que allí se detalla el registro de obras.

“Descubrí por primera vez a Maccaferri cuando participé en la elaboración de un inventario de la arquitectura de Guayaquil en 1987. Fueron pasando los años y no se conocía la dimensión de su obra. Me puse en contacto con su hija que vive en Italia”, indica Compte, quien actualmente es vicerrector académico de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.

En2007,Comp te escribió el libro“Arquitectos de guay aquil ”. Allí se compilan los datos de 60 profesionales. Mientras que su siguiente proyecto es elaborar un diccionario histórico de la arquitectura de Guayaquil, en donde recopilará información desde la fundación de la ciudad hasta ahora. Al momento, la huella de Maccaferri, quien falleció en la ciudad en 1973, es la más relevante para la actual Guayaquil.

De las 50 obras que diseñó el arquitecto italiano Francesco Maccaferri en Guayaquil, alrededor de 40 todavía se conservan en buen estado.

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