Editorial Vistazo

LA INCLUSIÓN ILEGA AL AULA

La maestra Johana Suárez Santillán impulsa a sus estudiantes con discapacidad visual a que se gradúen de bachilleres en Riobamba. Con esa iniciativa ganó un reconocimiento.

Darwin Borja / dborja@vistazo.com

“Dale un pez a un hombre y comerá hoy. Enséñale a pescar y comerá el resto de su vida”. Este popular refrán es el que aplica la maestra riobambeña Johana Suárez Santillán, de 31 años, con sus estudiantes con discapacidad visual. Ella inició en 2014 el proyecto “Educando desde los ojos del alma” y en julio de 2022 ya dio sus primeros frutos: graduó a la primera promoción de bachilleres con especialidad en Comercialización y Ventas de la Unidad Educativa Especializada Luis Benavides, una institución fiscal de Riobamba.

Isaías Betún Criollo, Álex Cuello Auquilla, Ángel Hernández Cazco y Jenifer Imba Lliquín terminaron la secundaria y se convirtieron en los pioneros de esta iniciativa. Antes, el nivel máximo al que podían llegar en esta institución chimboracense era séptimo año de educación básica. Luego de ello, el destino del 30 por ciento de los estudiantes era continuar en la educación regular, que no todos lograban concluir. Mientras que el restante 70 por ciento se quedaba en casa o ingresaba a una fundación, sin un futuro claro. Con la puesta en marcha del proyecto se incorporaron más años lectivos hasta que terminen el colegio y, de paso, salgan con un proyecto en marcha.

Por eso, esta propuesta educativa ganó el Premio Nacional de Excelencia Educativa de Fundación Fidal en 2022. “Uno de los inconvenientes más latentes a mi llegada a la institución fue la forma de pensar de estudiantes, docentes y padres de familia, quienes creían que por tener discapacidad visual no podían superarse, fui cambiando esta realidad, motivándolos a empoderarse de este proceso educativo”, indica Johana Suárez.

Se hace camino…

La ruta que tomó Johana Suárez la llevó por casualidad a la docencia. Ella se graduó de licenciada en Terapia Física y Deportiva en la Universidad Nacional de Chimborazo y con esa profesión ingresó al plantel en 2014. De a poco se fue abriendo paso en la docencia.

Para ello se especializó en Educación Especial y en Gerencia Educacional.

“Entonces nace una meta del corazón, el ampliar la oferta educativa de los estudiantes con discapacidad visual…, para que posteriormente puedan salir con todas las herramientas necesarias”, afirma Suárez.

Su primer paso fue convencer a Miguel Granja, quien en el año 2014 era director del establecimiento. Cuando obtuvo su venia, ella se encargó de la elaboración de un proyecto para la ampliación del servicio educativo para octavo de básica que fue presentado al Distrito del Ministerio de Educación para su aprobación.

“Los estudiantes no se sentían incluidos”, señala. Por eso, ella también trabajó en la sensibilización de los padres de familia, profesores y de la comunidad.

En el período lectivo 2018-2019, la pasión de Suárez por la educación especial fue reconocida al nombrarla directora de la institución, en donde actualmente hay 16 estudiantes. Mientras que el 25 de octubre de 2020, en plena pandemia, logró que el establecimiento tenga bachillerato con especialización en Comercialización y Ventas.

“Después de un análisis decidimos que esta sea la figura profesional porque nuestros estudiantes tienen hoy la posibilidad de continuar sus estudios en instituciones de educación superior o de emprender. Esto se vio reflejado en la defensa de sus proyectos de grado debido a que crearon emprendimientos familiares”, relata Suárez, quien fue miembro del Consejo para la Protección de Derechos de Riobamba.

Primera promoción

La Unidad Educativa Especializada Luis Benavides primero fue parte de una fundación, luego se convirtió en institución particular y desde 1987 es un establecimiento fiscal. El nuevo hito de este colegio se registró el 22 de julio de 2022, cuando se graduó su primera promoción de bachilleres.

Para que este logro se haya concretado se requirió de nuevas prácticas educativas como la adaptación del pénsum. Además, se incorporó herramientas como el braille para Lengua y Literatura, el ábaco para Matemáticas, lectores de pantalla para usar un computador, entre otras.

Como requisito para su graduación, los estudiantes desarrollaron proyectos de emprendimiento familiar. En esas iniciativas participaron activamente sus familias y se involucró a los vecinos de los estudiantes. En esta primera promoción se desarrollaron productos de higiene y de aseo personal como champú, jabón, gel antibacterial, alcohol, desinfectante de piso y velas con aromas. Todos estos productos se expusieron en ferias organizadas por el colegio y por el Distrito Educativo Chambo-riobamba.

La siguiente meta de Suárez es mantener el proyecto “Educando desde los ojos del alma” para que haya más bachilleres con discapacidad visual en su natal Riobamba. Al momento, ella ha compartido su experiencia con otras instituciones educativas del centro del país, en especial con establecimientos de educación regular para que incluyan el enfoque de inclusión en sus aulas. Mientras que en lo personal, ella planea obtener su doctorado.

“Ahora ya no solo se conforman con terminar la escuela o el colegio, sino que desean lograr una carrera universitaria y tener un buen trabajo”, enfatiza Johana Suárez.

El proyecto “Educando desde los ojos del alma” recibió el Premio Nacional de Excelencia Educativa de Fundación Fidal.

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2023-03-09T08:00:00.0000000Z

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