Editorial Vistazo

CON LA PUERTA ENTREABIERTA

Cerca de medio millón de jóvenes hasta 24 años no tienen empleo o están en el subempleo; la cifra es similar entre personas de 25 a 34 años. ¿Por qué? Las razones son varias.

Nicole Landín Jurado/ nlandin@vistazo.com

Desde los 18 años, Francis Henríquez buscó trabajo. Aunque él estudia Periodismo, al aplicar intentaba en cualquier área con vacantes: ventas, servicio al cliente, atención en almacenes o ser camarero en algún restaurante. Si bien estos puestos de trabajo no solicitan un título universitario en específico, lo rechazaban porque no tenía experiencia previa o le ofrecían pagarle menos del salario básico que en ese momento (2017) era de 375 dólares.

Según datos del INEC, el ingreso laboral promedio de los jóvenes ecuatorianos hasta diciembre de 2022 fue de 376 dólares. Un valor que se considera bajo teniendo en cuenta que el salario básico del trabajador en general son 450 dólares.

En el año de la pandemia, Francis se fue a Estados Unidos, pero regresó porque su mamá estaba sola en Ecuador. Siguió buscando trabajo pero no tuvo éxito. Fueron cuatro años en los que laboró de manera informal o estuvo desempleado. Hoy, a sus 24 años, la situación es diferente. “Tuve la oportunidad de sacar la residencia italiana. Lo más impactante fue la diferencia de mentalidad. Mientras esperaba los papeles me ofrecieron capacitarme para ser bartender porque estaba desempleado y tenía entre 20 y 28 años. También hice estudios de barista, manipulador de alimentos y animador turístico italiano, que son áreas a las que me dedico ahora”, explica.

Aunque él encontró una solución a su situación de desempleo, hay quienes todavía esperan una oportunidad laboral. Yamil A. tiene 24 años y se graduó en Ingeniería Automotriz en septiembre del año pasado. Desde ese momento aplicó a trabajos relacionados a su carrera pero no ha tenido suerte. Por ahora, sus padres lo ayudan con sus gastos pero está tan desesperado que juntos pagaron un programa de trabajo en otro país. Sí, la falta de apertura puede ocasionar que las personas opten por irse al extranjero y paguen para conseguir una vacante laboral.

Estos casos no son aislados. Medio millón de jóvenes en Ecuador entre 15 a 24 años están desempleados o en el subempleo. Es decir, son personas que trabajan menos de la jornada laboral regular (40 horas semanales) o que perciben menos del salario mínimo por sus labores, pero que están disponibles y quieren trabajar más.

¿Por qué sucede esto? Al consultarle sobre este tema a Josemaría Vázquez, director del Área de Política de Empresas del IDE, explica varios factores. Por un lado sostiene que una de las causas de este problema es la falta de preparación de los jóvenes en colegios y universidades del país. “En ocasiones, se les da un conocimiento vago, confuso, y abstracto que no tiene nada que ver con la realidad laboral y que dista mucho de lo que se encuentran en la calle”.

A esto se le añade que el mercado laboral actualmente tiene una oferta menor a la demanda. De hecho en ciertas actividades se redujeron los puestos de trabajo reemplazándolos con el mismo personal.

Problemas que persisten

Son más de las seis de la mañana y el olor a tortilla de verde recién salida de la estufa junto al café instantáneo, toman protagonismo en el comedor de la casa de Nicole Jácome. Ella tiene 30 años y antes de que salga el sol, se alista para ir a trabajar. Por lo general, no desayuna pero hoy es la excepción.

Para ella, cocinar no es una práctica cualquiera. Su amor por la gastronomía empezó con un brownie a los nueve años. “Me peleé con mis hermanos y quise cocinar. Me di cuenta que el brownie había quedado muy bueno y el resto fue historia. Empecé con las recetas más sencillas, estudié en La Escuela de los Chefs cuando estaba en bachillerato y luego lo convertí en mi carrera como tecnóloga en Gastronomía”, recuerda.

Actualmente es supervisora en Tipti, una plataforma digital de entrega de viveres y otros productos a domicilio. Ella se encarga de capacitar a los “shoppers” (compradores), coordinar el correcto despacho, recepción, ruta y pedidos de los clientes.

Antes de salir de su casa, se despide de sus padres y de sus mascotas, pero en especial de Nicolás, su perro más consentido. Aunque esta dinámica forma parte de todas sus mañanas, no siempre fue así. Estuvo desempleada por un año antes de entrar a Tipti en marzo de 2020. Su caso no es aislado.

Según datos del INEC, las personas entre 25 a 34 años también enfrentan la inestabilidad laboral. Otro medio millón de estos jóvenes de este segmento de edades no tiene empleo o está en una situación de subempleo. No es una cifra menor porque los personas de 15 a 34 años que no tienen empleo o están en el subempleo representan el 12% de la Población Económicamente Activa.

Pero la escasez del mercado laboral no solo sucede en Ecuador. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, 73 millones de jóvenes no pudieron encontrar un empleo en 2022 y desde la emergencia sanitaria, este grupo etario ha experimentado pérdidas de empleo mucho más altas que trabajadores con mayor edad, siendo las mujeres las más afectadas.

Eso es algo que Nicole comprobó. Además de ser chef, tiene experiencia como cajera de banco. Y aunque en ese entonces aplicó en las dos áreas, y en un sinnúmero de empresas, no faltó quienes la excluyeron por su género. “Vivimos en una sociedad machista. Por ejemplo, cuando quería ser parte de hoteles o de empresas de catering, decían que no porque una mujer no puede levantar cosas pesadas”.

Gracias a un amigo de la universidad se enteró de Tipti y con ellos encontró la estabilidad que tanto buscaba. Pero, ¿qué pasa con los jóvenes que no corren con esa misma suerte? Pueden terminar en un trabajo al que están sobrecalificados y quedar atrapados en una trayectoria laboral con informalidad y bajos salarios, de acuerdo a la OIT.

Aunque Josemaría Vázquez, del IDE, cree que en ocasiones la falta de oportunidades sucede porque los jóvenes buscan un trabajo relacionado con su propia carrera universitaria y cuando se trata de tecnificaciones, son más difíciles de alcanzar. Por eso la recomendación es aplicar a trabajos sencillos para ir subiendo de a poco en la escala laboral.

Promover el trabajo decente y el crecimiento económico es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Aunque la poca oferta laboral para los más jóvenes es un problema, desde la pandemia globalmente se abieron nuevas ventanas de oportunidad.

Sectores como tecnologías digitales o empleos relacionados al cuidado del ambiente podrían generar más de 14 millones de nuevos trabajos en el mundo. Empleos a los que jóvenes ecuatorianos quizá no accedan porque el desempleo en Ecuador, en gran medida, no es solo un problema de oportunidades sino de preparación.

Cerca de 73 millones de jóvenes no pudieron encontrar un empleo en 2022 a nivel mundial. En Ecuador, el problema se debe a la falta de preparación en la academia para adaptarse a las exigencias del mercado laboral.

Sostenibilidad

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2023-03-09T08:00:00.0000000Z

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