Wilman Terán, la Judicatura y el culto a su personalidad

QUE EL PRESIDENTE de unas de las instituciones más formales del Estado opte por los ‘selfies’ y que esa conducta sea viralizada por el departamento de Comunicación del Consejo de la Judicatura demuestra que ahí se cocina una agenda política. Wilman Terán ha hecho gala, en sus primeras semanas como titular de esa instancia, de una estrategia de posicionamiento personal propia de los tecnocaudillos del siglo

XXI. La diferencia es que estos persiguen votos y Terán debe administrar justicia con absoluta ponderación. A más de su gusto por grabarse en el celular en actos oficiales, también están sus pomposas intervenciones como la de Santo Domingo de los Tsáchilas, donde hasta con drones se registró la ceremonia que sus paisanos le hicieron para que empezara con pie derecho. Son esos lujos de una Judicatura que no tiene presupuesto ni para el papel bond de los jueces, pero bota la casa por la ventana a la hora de dar la bienvenida a quien “viene de las estrellas”.