Editorial Vistazo

Patricia Estupiñán

@monestupinan Por Patricia Estupiñán

DESDE ENERO más de 3.000 ecuatorianos han desafiado un viaje azaroso para llegar a Estados Unidos. Entre ellos hubo 520 niños, que viajaron solos. Resultó estremecedor cuando a una niña pequeña la lanzaron sobre el muro que divide la frontera mexicana y la estadounidense, donde una patrulla fronteriza la encontró. Durante esta quincena una barca insegura y sobrecargada por migrantes cubanos y ecuatorianos que intentaba llegar por mar desde México a Estados Unidos, se hundió y en el naufragio, entre otros ecuatorianos, se ahogaron una madre y dos niñas. Otra vez, sus historias y el pedido desesperado de sus familiares por la ayuda del gobierno para repatriar sus cuerpos en unos casos y en otros para conocer si viven o si también murieron, fueron narradas en la televisión y los periódicos. Ahí, comentaron que habían invertido hasta 30.000 dólares para lograr el sueño americano, explorando rutas tan diversas como el Tapón del Darién en Panamá, por donde pululan inmigrantes venezolanos, cubanos y haitianos también. Todo con la esperanza de encontrar mejores oportunidades, aunque ignoran que allá la vida de los migrantes es tan o más difícil que la que llevan aquí, y que pocos consiguen el anhelado “sueño americano”.

El esfuerzo económico para reunir 30.000 dólares, según la mayoría de las historias implica la venta e hipoteca de propiedades como la vivienda y el sumirse en la pobreza más absoluta, en caso de que el migrante no cruce la frontera o muera en el trayecto, o si en caso de llegar es deportado al poco tiempo. No obstante, los migrantes hacen oídos sordos a las advertencias y caen en manos de mafias que trafican con sus esperanzas. Ante estas mafias el Estado ha sido impotente. Los coyotes son casi siempre los mismos, han operado por décadas y pocos han pagado por el delito de traficar personas. ¿Cómo cambiamos la dirección de vida de estos ecuatorianos migrantes, que prefieren arriesgar el pellejo en una aventura incierta? ¿Cómo hace la sociedad para que en lugar del pago a los coyotes que los llevan, inviertan un décimo de esa cantidad en emprendimientos? En contraposición, los periódicos publican a menudo noticias de extranjeros que encuentran en Ecuador un campo ilimitado para generar productos que el mundo demanda, como, por ejemplo, pasta de dientes orgánica a base de sangre de drago, hecha por una joven alemana, cuya historia fue publicada al mismo tiempo que la tragedia de la embarcación en México.

En un mundo donde ha surgido un mercado de productos orgánicos, que en 2021 movilizó 180 mil millones de dólares solo en alimentos, Ecuador tiene el potencial para convertirse en un jugador de primera línea. ¿Qué falta? Un cambio de mentalidad general, comenzando por la de aquellos que dirigen las organizaciones campesinas e indígenas, de cuyas provincias proviene la mayoría de migrantes que sufre una pesadilla, cuando buscaba un sueño. No podemos seguir transitando por el mismo camino y repitiendo los mismos errores. Esos errores cuestan vidas.

Se requiere un cambio de mentalidad, comenzando por la de aquellos que dirigen las organizaciones campesinas e indígenas, de cuyas provincias proviene la mayoría de migrantes para que lo que invierte en una aventura azarosa por llegar a otros países, se lo haga en Ecuador. No podemos seguir transitando por el mismo camino y repitiendo los mismos errores. Esos errores cuestan vidas.

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2022-12-01T08:00:00.0000000Z

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