Redes fantasmas amenazan al ecosistema marino

Cambiar los artes de pesca con materiales de fibras naturales, pero que a su vez sean resistentes, se ha vuelto necesario para recuperar el ecosistema.

Ecuador ha sido un país muy beneficiado gracias a la corriente oceanográfica de Humboldt que atrae múltiples nutrientes para una gran cantidad de animales marinos. Además, la reserva marina de Galápagos, juega un rol muy importante en cuanto a la conservación de especies, es por ello que su ampliación ha sido un gran logro para el país y el ecosistema, sin embargo, nunca está de más del límite de la conservación, ya que debido a la sobrepesca que existe a nivel mundial ha llevado a la pérdida de más del 60 por ciento de los recursos pesqueros.

En 2008, tuvimos la oportunidad de motivar la creación de la Reserva Marina Galera San Francisco con la fundación Nazca. Realizamos la investigación para línea base de biodiversidad desde Esmeraldas hasta Muisne, donde encontramos más de 600 especies marinas, entre peces, tortugas, ballenas, corales y otros.

Quince años después, todo este rico ecosistema se transformó en un desierto a causa de la perdida de redes de pesca que al estar inactivas quedan atascadas en los arrecifes rocosos, por ejemplo, y permanecen en el fondo marino por alrededor de 600 años, tiempo aproximado que dura la degradación de sus materiales.

Ante esta situación, desde el 2019 hemos trabajado con los pescadores, para retirar más de media tonelada de redes de monofilamento como el nylon que están incrustadas en los arrecifes y asfixian la fauna marina.

Pero con el incremento de la piratería esta situación empeoró, ya que muchos perjudicados al momento de ser asaltados abandonan sus redes, dejando no solo un problema para el ecosistema, sino también una preocupación a nivel social entre quienes viven en las zonas perjudicadas, a causa de este delito.

Cambiar los artes de pesca con materiales de fibras naturales, pero que a su vez sean resistentes, se ha vuelto necesario para recuperar el ecosistema. Por ello, debemos continuar retirando las redes fantasmas para dejar que los corales vuelvan a crecer, pero con la ayuda de buzos y pescadores no es suficiente, ya que necesitamos el compromiso de miembros de la Armada y de la voluntad política para controlar el cumplimiento de las leyes que apoyen a los pescadores.

La recuperación de estos materiales, gracias a su resistencia, serviría fuera del mar para el beneficio de muchas mujeres y habitantes que viven en estas zonas ya que el nylon se lo puede volver a reciclar, sirviendo para elaborar tablas de surf, hilos para el sector textil, redes de vóley o para arcos de fútbol y muchos otros productos, en los que también estamos investigando desde los laboratorios de la universidad para darles un mejor uso.