Editorial Vistazo

Desafíos y oportunidades comerciales

Durante el 2021, el sector recuperó varios mercados de Latinoamérica y gracias a las buenas relaciones comerciales que existen con Estados Unidos se intenta mejorar las condiciones de ingreso de varios productos.

La globalización del comercio pesquero, impulsada en gran parte por el rápido crecimiento de la acuicultura, plantea nuevos desafíos para mejorar sus normas y prácticas, al igual que la preparación comercial que debe existir frente a los cambios en la demanda y los hábitos de consumo.

Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), determina en sus proyecciones que el consumo de pescado anual mundial per cápita aumentará, pasando de los actuales 16 kg a 21 kg en 2030, sin embargo, la tendencia por regiones será muy diferente.

Con ello, se prevé un incremento en Asia meridional (hasta un 60 por ciento), América Latina y el Caribe (hasta un 50 por ciento) y China (hasta más del 84 por ciento). Sin embargo, este flujo podría estancarse o disminuir en otras zonas como África (3 por ciento menos), Cercano Oriente en Asia (17 por ciento menos), Oceanía en desarrollo (8 por ciento menos), y los países de la ex Unión Soviética (4

por ciento menos).

Estas cifras de las tendencias son importantes para Ecuador, que es uno de los jugadores del mercado mundial de productos del mar con presencia en varios países.

En 2021, el principal destino de las exportaciones pesqueras ecuatorianas fue la Unión Europea, sin embargo, el país logró recuperar varios mercados de Sudamérica, a causa de la crisis logística, los altos costos de fletes y la falta de contenedores presentados con su principal competidor Asia, asegura Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP).

Este problema logístico, permitió que la industria pesquera nacional creciera, entre un 16 y 25 por ciento, en países como Perú, Chile, Argentina y Colombia.

Otro mercado significativo es Estados Unidos, y que de manera general es el principal socio comercial que tiene el Ecuador. Gracias a la buena relación que existe actualmente entre ambos países, Leone afirma que este es el momento oportuno para encontrar algún esquema que permita volver a ingresar varios productos libres de arancel.

El atún, por ejemplo, representa el 85 por ciento de la producción industrial pesquera del Ecuador y en la actualidad para entrar a Estados Unidos, existe un 12 por ciento de arancel para el producto en agua y un 35 por ciento para el atún en aceite.

“Como sector queremos aprovechar estas excelentes relaciones y previo a que en un futuro se firme un Tratado de Libre Comercio, existe una ventana de oportunidades como la Ley de Asociación Estratégica Ecuador-estados Unidos aprobada en marzo de este año, que al promulgarse, podríamos incluir entre sus cinco propósitos un espacio para que diversos productos, entre ellos el atún ingresen libre de impuestos”, indica el directivo de la Cámara.

En el mercado europeo, el sector está trabajando de manera ardua para levantar la tarjeta amarilla impuesta por la Unión Europea.

“Estamos a la espera de que con la llegada de la delegación de la Comisión de la Dirección General del Mar (DG Mare) se pueda revertir esta sanción, pues el país ya cuenta con un Reglamento de la Ley Orgánica para el Desarrollo de la Acuicultura y Pesca, además estamos trabajando en la implementación de una plataforma electrónica a través de blockchain para demostrar nuestra trazabilidad, sumado a las iniciativas particulares, con sus certificaciones, que elevan al sector pesquero ecuatoriano a un alto nivel frente a otros países”, explica Leone.

Ecuador en la actualidad es el segundo exportador de atún procesado en el mundo, con una variedad de productos como lomos y conservas en sus diferentes presentaciones de latas, pouch y envases de vidrio.

Según datos de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (CEIPA), el principal mercado de este sector es la Unión Europea con un 53 por ciento de la producción de conservas y lomos de atún.

El resto se encuentra distribuido en los mercados de Estados Unidos con un 9 por ciento, América Latina con un 25 por ciento y otros mercados con 1 por ciento, mismos que son exportados con altos niveles de calidad e inocuidad alimentaria.

Mónica Maldonado, directora ejecutiva de CEIPA, indica que frente al crecimiento de las exportaciones que viene registrando el sector, existen varias estrategias comerciales que requieren de apertura de mercados, a través de acuerdos comerciales, internacionalización, especialización de productos con mayor valor agregado y promoción y difusión del compromiso con la pesca regulada y sostenible.

“Justo en este último aspecto, la industria procesadora agremiada en CEIPA, está enfocada en la sostenibilidad, por lo que venimos trabajando desde el 2014 en el desarrollo de un protocolo de sostenibilidad ecuatoriana atunera basado en los principios de la FAO para implantar un esquema de certificación del atún sostenible”, explica Maldonado.

Industria Pesquera

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2022-05-19T07:00:00.0000000Z

2022-05-19T07:00:00.0000000Z

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