Editorial Vistazo

De buenos acabados

La oferta de Viviendas de Interés Social (VIS) y Público (VIP) crece, a medida que se adaptan las nuevas demandas de los clientes sobre sus necesidades en las casas.

Miguel Alvarado Almeida

La familia Mite hizo cuentas y analizó muchos detalles para cambiarse de residencia. Hace 15 años llegaron a Guayaquil provenientes del cantón Playas, de la provincia del Guayas. Desde entonces alquilaban una casa, al norte de la ciudad. “Pagábamos en alquiler mucho más de lo que recibíamos”, expresa Nelson Mite, el padre de familia. Él se refiere a que, además de la mensualidad por el inmueble que no les pertenecía; en casa no contaban con algunas comodidades, como habitaciones independientes para sus tres hijos, o un parqueadero propio. Eso, sumándole a la inseguridad de la zona, lo puso a pensar en que tenía que buscar otro sitio.

Un amigo le comentó de un proyecto inmobiliario en vía a la Costa, a las afueras de Guayaquil. “Cuando calculamos cuánto pagaríamos por la cuota y los beneficios que tendríamos me di cuenta que era una oportunidad de oro”, agrega Mite. El proyecto de Vivienda de Interés Público por el que Mite apostó le permitiría tener un cuarto para cada hijo e incluso en la urbanización tendría una piscina para pasar con su familia los fines de semana. “Tantas comodidades por un precio menor al que pagaba por alquilar”, señala.

Las Viviendas de Interés Social (VIS) son inmuebles cuyo valor no superan los 76.000 dólares. En el caso de las Viviendas de Interés Público (VIP) su precio alcanza los 97.000 dólares.

Los créditos para acceder a dicho segmento de vivienda cuentan con tasas preferenciales del 4,99 por ciento, debido a un subsidio por parte del Estado. Se debe a un bono de vivienda que ofrece el Estado a través del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) mediante un fideicomiso. La entrada representa el cinco por ciento del total del inmueble y los plazos alcanzan los 25 años.

De esta forma, la cuota de las viviendas en muchos casos equipara o es menor al valor que las familias pagaban por alquilar un inmueble. Adicionalmente, la oferta se adaptó a sus necesidades, no solo económicas, sino familiares, por lo que su preferencia empezó a aumentar.

Ximena Aguirre, gerenta de Negocios Financieros de Mutualista Pichincha, explica que todo proyecto inmobiliario necesita de un estudio de mercado para conocer las preferencias de un comprador, así como

Según la proyección que hace Constructores Positivos, a partir de información del Miduvi, el déficit habitacional es de 2,74 millones de viviendas hasta diciembre de 2020.

su capacidad de pago. “Hay que conjugar ambos factores de manera muy fina”, expone Aguirre. Los estudios incluyen encuestas a posibles compradores para sondear qué requieren: número de baños, cuartos, jardines, balcones, casa o departamento, etc. “La voz del cliente es importante para ir modelando el proyecto”, añade.

Y aunque los segmentos VIP y VIS tienen menos de un lustro, nuevas demandas han surgido. Entre esas destaca, por ejemplo, la implementación de áreas sociales como juegos infantiles, piscinas o parques. Para calificar como proyecto VIP y VIS, los inmuebles deben entregarse con todos los acabados. “El mercado ha elevado la calidad de los proyectos”, comentan los voceros consultados.

La ejecución de estos proyectos demanda de estudios técnicos que respalden su realización. Rhonda Cevallos, vicepresidenta de Desarrollo de la promotora Ambiensa, manifiesta que se necesitan más de 10 estudios, “desde el diseño arquitectónico, topográfico, hasta el ambiental, sanitario o de tráfico”.

Y estos resultados derivan en la colaboración con los municipios, pero la obtención de permisos es una de las principales complicaciones. Así lo explica Santiago Tamayo, vocero de Constructores Positivos. Él enumera tres problemáticas: la cantidad de trámites por realizar, la exigencia de requisitos innecesarios y la demora en los despachos.

A su juicio, los proyectos VIS y VIP resultan una buena oportunidad para que la población pueda acceder a una vivienda. Sin embargo, considera que no debe depender solo del fideicomiso, sino de que se eleve a una política de Estado.

Dos de las tres entidades que otorgan los créditos (Banco Pichincha, Mutualista Pichincha y Mutualista Azuay) aseguran que se han movido con buenos resultados.

En el caso de Mutualista Azuay, mencionan que en los dos últimos años han entregado 25 millones de dólares. “Tenemos el liderazgo en el sur del país. Contamos con más de 50 alianzas estratégicas con los principales constructores y proyectos”. Por su parte, Mutualista Pichincha aspira colocar 60 millones de dólares para este año. “Eso representa casi la mitad de lo que hemos otorgado desde 2015”, señala Aguirre. Cevallos (Ambiensa) reconoce que hay una demanda en crecimiento de emprendedores o población productiva que aún no tiene financiamiento.

Acceder a una vivienda a precio de alquiler, como lo hizo la familia Mite, es una oportunidad que todavía muchos pueden aprovechar.

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2022-05-19T07:00:00.0000000Z

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