Editorial Vistazo

Recuperación a largo plazo

Varios factores no permiten que el sector constructor recupere los niveles de ventas de períodos anteriores. En 2021 cerraron 12 por ciento por debajo al 2019.

Jorge Cavagnaro A.

José Luis Valero es vicepresidente de la inmobiliaria Lotepec, promotora del proyecto 100 Olivos Parc, en la ciudadela Ceibos, al noroeste de Guayaquil. Cuando inició la oferta de sus oficinas y departamentos, en 2018, la promesa era la entrega del proyecto en 2021; pero la pandemia los obligó a hacerlo recién en marzo de este año. “Luego de la cuarentena, el regreso al trabajo tuvo muchas limitantes”, indica.

Aforos reducidos, problemas logísticos para importar y deterioro de los ingresos de los compradores provocaron que el sector se reacomode. “Oferta sí hay, el problema es la demanda: la gente tiene menos dinero”.

De hecho, Valero reconoce que varios compradores que al inicio del proyecto calificaron para el crédito hipotecario, luego de la pandemia tuvieron que retirarse porque no podían afrontar la cuota. “Se ve más en los compradores de clase media, que eran comerciantes o profesionales independientes, y que resultaron más perjudicados en la pandemia”.

Algo similar dice Jaime Rumbea, director ejecutivo de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Vivienda del Ecuador (Apive). “Mucha gente perdió su empleo y otros dejaron de percibir ingresos adicionales, por ende, no tuvieron la capacidad económica para endeudarse e invertir en un bien inmueble”.

Si se compara la cifra de 2021 con 2017, que fue el último año donde se registró un incremento interanual en ingresos, existe una caída en ventas del 30 por ciento. El año pasado, según cifras del Servicio de Rentas Internas (SRI), las constructoras e inmobiliarias facturaron 7.000 millones de dólares. Mejor que los 5.800 millones de 2020 pero muy por debajo de los 8.300 millones registrados en 2017.

“Hay recuperación pero no es extraordinaria porque en los rangos de precio donde se daban los mayores volúmenes ya no hay las ventas de antes”, puntualiza Rumbea. Pone en contexto la reforma tributaria, donde el nuevo cálculo del Impuesto a la Renta le quitó liquidez al ciudadano. “Quienes ganaban 2.000 a 3.000 dólares mensuales, con este cálculo, debieron quitar de su presupuesto mensual un valor significativo que quizá podría ponerlo para una parte de la cuota de su vivienda”.

Hoy los mayores movimientos en reservas de viviendas se dan en los proyectos de altos montos y los que vienen con apoyo de instituciones públicas y organismos multilaterales. En estos ingresan los proyectos de Vivienda de Interés Social (VIS) y Vivienda de Interés Público (VIP), con mejores tasas de interés y a precios por debajo de los 100 mil dólares.

Rumbea espera que la restricción del gasto público de los últimos meses se flexibilice y esto permita que ingrese más dinero a los hogares, y que también vaya otra parte a obra pública relacionado al sector constructor. Y que esto se sume a la intención del sector financiero de mejorar las condiciones de sus productos crediticios para adquirir vivienda. Una expectativa que hoy es incierta.

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2022-05-19T07:00:00.0000000Z

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