Editorial Vistazo

CAMBIO DE DUENO, CAMBIO DE REGLAS EN TWITTER

Aunque por ahora, Elon Musk ha puesto en espera la compra de Twitter en 44 mil millones de dólares. El multimillonario presagia cambios en Twitter, la red social más importante en política. ¿Serán para bien o para mal?

Él se disputa desde hace un par de años el primer lugar en la lista de billonarios del mundo que elabora la revista Forbes. Se trata de Elon Musk, que según el ranking de 2022 es el hombre más rico del mundo con una fortuna calculada en 252 mil millones de dólares, el equivalente de dos veces y media del PIB total de Ecuador. Inicialmente, había anunciado comprar Twitter, la red social que es usada por gobernantes, políticos y personas comunes que quieren hacer escuchar en el ciberespacio sus opiniones. Para Musk la decisión está en suspenso, argumentando que necesita verificar el número de cuentas antes de embarcarse finalmente en su compra. ¿Se trata de un capricho o una jugada de mercado para hacer desplomar las acciones de la empresa y comprarla a menor precio? Solo el tiempo lo definirá.

Sin embargo, para quienes han hecho de la red su principal medio de comunicación en caso de que se concrete la compra el panorama no está claro. Con su estilo controversial ha dicho que quiere hacer de Twitter un verdadero foro de libre expresión, en alusión a que

Con Musk, veremos lo que en realidad es Twitter: un foro público diseñado para entontecer argumentos complejos a 280 caracteres y convertir el discurso público en un juego.

algunos personajes y algunas opiniones han sido bajadas de la red por considerarse atentatorias contra la verdad. El más célebre de los suspendidos ha sido el expresidente Donald Trump, que luego de no aceptar su derrota electoral continuó argumentando que se trataba de un “fraude” y Twitter suspendió su cuenta indefinidamente. Acto seguido siguieron otras redes como Facebook, sobre todo después de los incidentes violentos en el Capitolio ocurridos el seis de enero de 2021. En un principio Musk compró el nueve por ciento de las acciones de Twitter convirtiéndose en el segundo mayor inversionista de la compañía y con derecho a ocupar un puesto en su Consejo Directivo. Él lo rechazó y comenzó a criticar a la Junta Directiva amenazándola con una adquisición hostil. Finalmente hubo un acuerdo, Musk vendió un paquete importante de sus acciones en Tesla, la fábrica más importante del mundo en producción de autos eléctricos y los miembros del Consejo Directivo de Twitter aceptaron la propuesta de 44.000 millones de dólares. La empresa dejaría de cotizar en la Bolsa y sería una compañía privada, cuyo derrotero sería trazado exclusivamente por Musk, quien ha lanzado algunas ideas al aire anunciando que desea que Twitter sea una suerte de ágora ateniense, donde todos tengan el derecho a opinar, por más extraña que sea la opinión.

Según un tuit de hace 15 días, Musk ha dicho que Twitter será políticamente neutral, causando igual reacción ante la derecha o la izquierda extremas. La gran interrogante es ¿cómo lo haría? Los

críticos como Charlie Warzel del portal The Atlantic.com, sostienen que en la práctica sería un lugar más oscuro de lo que actualmente es. “Twi-tter se convertirá en una piscina para el odio, el acoso y la información falsa”. Un escenario probable según la mayoría es que, si se aflojan las reglas de moderación en el contenido, nadie estaría conforme con los resultados. El problema parece concentrarse en la personalidad de Musk, quien suele perder interés muy pronto en las operaciones que dirige. Así ha sido su historia. “Si quieren ver el futuro de Twitter, miren los tuits de Musk”, opinó Ezra Klein en The New York Times. Dos de los más recientes: Puso una foto poco agradable del multimillonario Bill Gates, con emoji de un hombre embarazado: “Por si necesitan meter la pata pronto”. O “Voy a comprar Coca-cola para poner la cocaína de regreso”. Y hace pocos meses puso un tuit violando reglas específicas del Mercado de Valores, lo cual hizo que sea amonestado legalmente.

Otro de los aspectos contradictorios en sus anuncios es que haría desaparecer los robots, exigiendo que toda cuenta tenga un rostro identificable, no anónimo para emitir una opinión. Esto evitaría el abuso que ocurre con las fábricas de trolls, pero al mismo tiempo, impediría a personas que viven en países gobernados por autócratas denunciar sus excesos, pues pondrían en peligro sus vidas de conocerse su identidad. A la vez, ha anunciado que cobraría por los tuits a los gobiernos y a las empresas, lo que obviamente facilitaría el dominio de los gobiernos en este espacio. Sin embargo, quienes conocen a Musk, creen que Twitter terminaría siendo su plataforma personal, lo que conlleva

un riesgo supremo: una misma persona tiene máximo poder financiero y a la vez poder de comunicación.

Un genio turbulento

Elon Musk, quien nació hace 51 años en Sudáfrica en un hogar de un dueño de una mina de esmeraldas y una hermosa modelo, deslumbró desde temprana edad por su inteligencia. A los 12 años programó un juego en el lenguaje de Basic, que lo vendió a una revista especializada en 500 dólares. A los 17 años, junto con su madre escapó a Canadá, para dejar atrás a un padre violento y maltratador. Su madre había perdido la juventud de sus años de modelo, pero se mantenía bella y se convirtió en una exitosa modelo para marcas de mujeres maduras. En tanto, su hijo fue admitido en la Universidad de Stanford por su extraordinaria aptitud para las Ciencias. Cursaba estudios para lograr un doctorado cuando se inició la era del Internet. Dejó la universidad y fundó una compañía donde desarrolló uno de los primeros buscadores en la red, Alta Vista, que vendió a Compac por 307 millones de dólares. Después siguió una montaña rusa en su vida empresarial y personal. El dinero de la venta de Alta Vista lo invirtió en un banco digital que se fusionó en Paypal, que también terminó vendiendo a ebay por la suma de 1.500 millones de dólares. Para él, el cielo nunca fue el límite. Para 2000 había fundado la empresa Spacex, que construiría cohetes espaciales; y Tesla, para fabricar carros eléctricos. Quiso que la NASA utilice sus servicios, pero en un principio no lo hizo y él perdió todo su capital. En ese período de incertidumbre económica se divorció de su primera esposa, con la cual tenía trillizos. Enseguida se casó por segunda ocasión, pero también se divorció en menos de dos años. A partir de entonces, se lo ha vinculado a mujeres hermosas, una de ellas es Amber Heard, esposa del actor Johnny Depp, quienes hoy ventilan un tormentoso divorcio, donde Musk fue llamado a comparecer por una supuesta infidelidad con Heard. También intentó vender sin éxito Tesla a Apple. Todas estas desilusiones pesaron en su tumultuosa vida personal.

En 2008, la NASA finalmente llamó a Musk, que se aseguró un contrato de 1.600 millones de dólares a través de Spacex. Su ascenso meteórico comenzó. Quedó en evidencia su gran visión sobre la tecnología, que él considera exige inversiones gigantescas en un comienzo, pero que con el tiempo permite a los productos llegar a muchos consumidores. Esto ha ocurrido con los ordenadores, los teléfonos celulares y probablemente lo hará con los carros eléctricos. Los automóviles de Tesla son un lujo, pero el carro eléctrico más barato está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, el desafío en Twitter será más complejo, pues las redes sociales por la naturaleza de los algoritmos que las controlan han exacerbado las peores tendencias humanas. “Finalmente”, concluye Ezra Klein en The New York Times: “La plataforma que juega con el discurso público y premia a los más viciosos y los discursos más flagrantes y denigrantes con likes y retweets… Con Musk, veremos lo que en realidad es Twitter: un foro público diseñado para entontecer argumentos complejos a 280 caracteres y convertir el discurso público en un juego”.

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2022-05-19T07:00:00.0000000Z

2022-05-19T07:00:00.0000000Z

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