Editorial Vistazo

La brújula moral

UNA MULTITUD impresionante acompañó el féretro: una simple caja de madera, como fue su último deseo. A los 90 años murió Desmond Tutu, el arzobispo anglicano que hizo de la lucha contra el Apartheid, el oprobioso sistema de discriminación racial de Sudáfrica, su razón de ser. “Desde el momento que renunció a ser maestro de escuela para no aceptar las órdenes del Apartheid, Tutu nunca se desvío de sus principios, luchando por la tolerancia, la igualdad y la justicia”, escribe el diario británico The Guardian. Era 1958 y esa rectitud de principios le ganó respeto, amor e influencia en Sudáfrica y otros países del mundo.

Dejó la educación por ser religioso. En 1962 se ordenó sacerdote anglicano y más tarde viajó a Londres a estudiar teología en el Kings College. En 1972 se convirtió en director del Fondo Teológico para África, institución basada en Inglaterra pero que requería constantes viajes a África. Más tarde regresó a su país como Obispo de Lesotho, una de las áreas más conflictivas. Fue un oponente impecable a la hora de defender el bien común. El régimen blanco que gobernaba su país lo consideraba un revoltoso, pero él continuaba la cruzada contra el sistema en los foros internacionales. En 1984, la academia de Noruega le entregó el Nobel de la Paz por sus esfuerzos por la causa. Se considera que fue la voz que logró que se aprueben las sanciones contra Sudáfrica, que llevaron al cambio del sistema en 1994. “No queremos sacar a los blancos, ni destruirlos. ¿Es acaso demasiado pedir que en la patria que nacimos podamos caminar erguidos como seres humanos a imagen y semejanza de Dios? ¿No tenemos derecho a ser libres?”, dijo.

Sin embargo, su mayor aporte vendría después, al frente de la Comisión para la reconciliación y la paz, que investigó los crímenes de la era del Apartheid. Fue tan riguroso en su compromiso para lograr sanar las heridas, que terminó indignando a muchos, por ejemplo, cuando investigó a la exesposa de Nelson Mandela, Winnie, por el secuestro y asesinato de una adolescente. En realidad, su objetivo de lucha fue contra los explotadores y autócratas, indistintamente de su raza. En los últimos años fue en extremo duro contra el gobierno de Jacob Zuma, del partido de Mandela, el Congreso Africano, quien en 2018 fue destituido por corrupción.

Una de sus últimas apariciones en público fue para vacunarse contra el Covid-19, que ha cobrado más de 250.000 vidas en Sudáfrica. Su muerte causó inmensa tristeza, pues al apagarse su voz, se perdió la brújula moral que señalaba siempre la ruta correcta para superar las diferencias.

“Desde el momento que renunció a ser maestro de escuela para no aceptar las órdenes del Apartheid, Tutu nunca se desvío de sus principios, luchando por la tolerancia, la igualdad y la justicia”.

Vistazo Global

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2022-01-14T08:00:00.0000000Z

2022-01-14T08:00:00.0000000Z

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