Editorial Vistazo

Del infierno al cielo

Naomi Arcentales no fue una más entre las 2.400 muertes violentas ocurridas en el país en 2021. Su deceso a los 23 años, en una zona exclusiva de Manta, reavivó la lucha contra la violencia de género y develó los maltratos que habría recibido de un ƿscal quien era su pareja.

DICEN QUE LA relación entre Naomi y Juan Carlos había empezado durante la pandemia, hacía algo más de un año. Ambos tenían antecedentes de relaciones sentimentales largas. Él en Portoviejo con un amor colegial de más de seis años; ella entre Guayaquil y Manta con un empresario con el que duró unos tres años y con el que habría llegado a planes de boda.

Presentados por amigos en común y algún familiar de ella, Naomi y Juan Carlos empezaron una vida juntos en un departamento del piso 13, junto al hotel Poseidón, al pie del mar, en una de las zonas de mayor desarrollo urbanístico de Manta.

El domingo 12 de diciembre, la noticia corrió como pólvora en todo el país. Hasta se filtró el parte policial que dice: “Entrevistas realizadas: con el señor Juan Carlos Izquierdo conviviente de la hoy fallecida el mismo que indica que habrían tenido una reunión el día de ayer y habían discutido por lo que durmieron en cuartos separados. La hoy occisa habría cambiado la clave de la cerradura del dormitorio por lo que buscó la llave para abrir la puerta donde pudo visualizar el cuerpo sin vida suspendido a un costado del televisor”. Llamó la atención que en el mismo parte se haya especificado como motivación: “estado depresivo de la víctima”.

Mil y un versiones y sospechas

La noche anterior la pareja había acudido en compañía de amigos a un centro nocturno ubicado a unos 250 metros del edificio donde vivían. Cuentan que, en la madrugada, el grupo decidió, como ya era costumbre, terminar la fiesta en el piso 13.

El departamento, según una declaración patrimonial disponible en Contraloría, habría sido adquirido por el fiscal Izquierdo, en noviembre de 2019, mediante un crédito del BIESS, en 101 mil dólares. Consta de una sala-comedor, un dormitorio máster y otro dormitorio más pequeño.

El “after”, según versiones recogidas, habría finalizado alrededor de las 05h00 con la retirada de los amigos. Lo que sucedió a partir de ese momento solo lo podrá explicar el ahora suspendido fiscal del cantón El Carmen. “Voy a pedir la reconstrucción del hecho. Ahí sí va a tener que participar él, porque se lo puede conminar con la fuerza pública. ¿Para qué? Para que haga el recorrido de todo lo que hizo ese día. Tendríamos que ir a la discoteca Level a

donde estuvieron, tendríamos que ir al departamento, tendríamos que hacer comparecer a los testigos que estuvieron presentes ahí. Esto recién comienza, es un cúmulo de diligencias que nos van a servir para determinar si existió o no delito”, dijo el abogado Luigi García, representante legal de la familia Arcentales.

Conocido el hecho, empezaron a circular fotografías que daban cuenta de huellas de maltratos en el rostro de Naomi. Esas fotos se las habría enviado la misma afectada a sus mejores amigas con la aparente instrucción de mantenerlas en reserva. Lo más impactante fue la aparición de un video de seguridad donde se aprecia a un sujeto de características similares a las del novio de Naomi, golpeándola delante de al menos tres personas.

Para sus amigas, las relaciones de la pareja ya no eran las mejores. Y por alguna razón, ella trataba de mantenerse alejada de su familia y de no compartir sus sentimientos. También se consideró inusual el hecho de que Juan Carlos no se haya hecho presente ni en el velatorio ni en los funerales de Naomi. El caso fue tan sonado que incluso el presidente Lasso pidió a la Fiscalía un mayor interés en las investigaciones. El proceso fue derivado a Guayaquil y se ordenó que en Quito se realice una nueva autopsia.

Quien no cesa en pedir justicia es la madre de Naomi, Sara Sabando: “No me callaré y no permitamos que nos callen… Seguiré luchando, aunque mi corazón esté partido, no descansaré ni un solo día hasta que se haga justicia con Naomi”.

Un día antes de fin de año, reapareció Juan Carlos Izquierdo para en rueda de prensa, junto a sus abogados, afirmar: “Yo no maté a Naomi, no soy un asesino, no soy un femicida. Yo soy inocente”. Según el abogado García, la segunda necropsia “solo determina asfixia por ahorcamiento, es decir la causa mecánica de la muerte”, volviendo a remarcar que “para determinar si fue suicidio o no, tienen que recabarse otras pericias técnico-científicas”.

Circularon fotografías que daban cuenta de huellas de maltratos en el rostro de Naomi. Pero lo más impactante fue un video de seguridad donde se aprecia a un sujeto de características similares a las del novio de Naomi, golpeándola delante de al menos tres personas.

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2022-01-14T08:00:00.0000000Z

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