Editorial Vistazo

Mario Cuvi Santacruz

Mario Cuvi Santacruz, decano de la Facultad de Derecho y Gobernabilidad de la Universidad Ecotec, analiza los bemoles de la justicia ecuatoriana, las limitaciones de los jueces y las fallas en las recurrentes evaluaciones y renovaciones de magistrados.

Por Cecilio Moreno Mendoza cmoreno@vistazo.com

CON 33 AÑOS es el decano de Derecho más joven del país. A pesar de su edad, acumula experiencia en el manejo de diversos escenarios como abogado, empresario y representante gremial. Su facultad es la más numerosa del país en cantidad de alumnos de Jurisprudencia con régimen presencial. Los abogados tienden a ser muy formales y Mario Cuvi no es la excepción, nos costó que posara algo informal para la foto.

Como catedrático promueve una mayor colaboración de la Academia con las entidades gubernamentales. Se queja, por ejemplo, de que en los concursos de selección de jueces y fiscales, “Las preguntas son tremendamente mal desarrolladas.

Hay mala redacción, hay mala gramática y mala sintaxis y a veces, hasta errores de fondo en el Derecho”.

Y en el país, precisamente la selección y la evaluación de jueces es un tema en debate a propósito de decisiones aparentemente contradictorias que involucran al Consejo de la Judicatura, la Corte Constitucional y la Corte Provincial de Pichincha. Cuvi intentó explicarnos el entorno a este problema y profundiza en sus raíces.

¿Qué características básicas debe tener un juez para llegar a una Corte Nacional de Justicia?

Primero creo que es importante delimitar las características y los requisitos que debe cumplir un juez de cualquier instancia. Si bien es cierto, los jueces de Corte Nacional son los que tienen mayor nivel dentro de los órganos jurisdiccionales ordinarios, no es menor la responsabilidad que tienen los jueces de primera instancia, que en muchos casos deciden de manera definitiva sobre un proceso. Tenemos que ver un sistema judicial integral donde los jueces deban cumplir con requisitos que permitan garantizar la suficiente formación como para que entiendan sobre el área específica en la que van a trabajar.

¿Qué requisitos, por ejemplo?

La experiencia suficiente como para que ese conocimiento de la parte teórica se complemente con ejercicio práctico. Tenemos

“Hay jueces que llevan su propio ventilador, porque no funciona el aire acondicionado, no hay escáneres que funcionen, entonces no se pueden levantar los documentos y por eso se detienen los procesos judiciales”.

“Hoy la Constitución establece que todos los jueces de cualquier materia pueden tomar casos constitucionales. Es un error a pesar de que muchos se han entrenado para actualizarse. No es su especialidad, zapatero a sus zapatos”.

que determinar primero, la formación académica obvia del abogado. Yo no creo que deba ser siempre obligatorio un título de cuarto nivel. ¿Aporta? Sí. ¿Suma?, sí. ¿Es algo que queremos promover? Por supuesto que sí. Pero no necesariamente eso reemplaza a la experiencia. Y eso es lo que ha sucedido. Nos hemos fijado mucho en las formas y poco en el fondo. Eso ha permitido que lleguen personas que en papel suenan bien, pero que en la práctica no necesariamente conocen de lo que se requiere para una justicia eficiente, independiente y, valga la redundancia, justa.

Tiene que existir también experiencia en litigación. Y también tener una hoja de vida intachable. Los jueces deben ser el ejemplo de la sociedad. Si tenemos a personas que no son el mayor referente ético, son más proclives a actos de corrupción. Eso hace que se pierda la confianza ciudadana en el sistema judicial.

¿Cómo percibe los procesos de selección?

Creo que es importante ir delimitando esos procesos de selección. Como país creo que debemos ir desmitificando los procesos. En ocasiones vamos al simplismo de decir cambiemos, vamos a escoger nuevos y ya, mágicamente se resuelve el problema. En la Constitución de 2008 pasamos la selección al Consejo de la Judicatura y dijimos ahora sí va a haber concurso y mezclamos con el Consejo de Participación Ciudadana algunas cosas y metimos a la Fiscalía en el Consejo de la Judicatura y, dijimos, entonces ahora sí va a funcionar porque es meritocracia…

¿Y qué pasó?

Vimos que los resultados no fueron tan así. Más bien hubo injerencia política, injerencia del Ejecutivo que nos ha llevado a casos terribles de corrupción.

¿Qué hacemos?

Debemos tener un mejor modelo de seguimiento al trabajo dentro de la propia Función Judicial. Y esto puede sonar contradictorio, pero requiere, desde mi perspectiva, que se limite al Consejo de la Judicatura. ¿Por qué no podemos tener mediciones adecuadas de tiempos de cumplimiento? Que según eso se vaya premiando o sancionando a los responsables de demoras exageradas. Esos son trabajos que desde la Academia queremos hacer con los jueces, hacer con el Consejo de la Judicatura para revisar qué está pasando.

¿Hay algo más de fondo?

Sí, porque no se trata solamente de las personas y cómo entran, sino de cómo estructuramos y de las cantidades de recursos humanos que tenemos. Hay ciertas jurisdicciones donde a un juez le toca a veces analizar 300 casos. Eso es humanamente imposible, por más buena intención que

tenga el juez. Por buen profesional que sea, no puede revisar de manera responsable, a profundidad y ágil, tantos procesos. A eso se suma que se requiere tener en mejor estado, los edificios y los lugares donde trabajan jueces y fiscales. Hay jueces que llevan su propio ventilador, porque no funciona el aire acondicionado, no hay escáneres que funcionen, entonces no se pueden levantar los documentos y por eso se detienen los procesos judiciales.

La investigación estadística nos va a permitir determinar que, de repente, hay un juez en un cantón que realmente se está demorando porque no hace nada o porque prioriza los casos donde a él le conviene. Pero quizás hay otros donde definitivamente la carga procesal es tal que se necesita nombrar más jueces o se necesita nombrar a fiscales.

Este seguimiento nos va a permitir, tener el soporte para sancionar o premiar a aquellos jueces o fiscales que cumplan bien su trabajo, o que no lo cumplen bien. Pero también nos va a permitir evidenciar de forma pragmática donde se tiene que trabajar en recursos humanos. Hay que decirlo claro, no hay suficientes fiscales, no hay suficientes jueces.

Hace poco hubo un intento de aumentar las plazas de jueces…

Y a mí me da mucha pena. El año pasado, de hecho, se detuvo una reforma dentro del Código Orgánico de la Función Judicial para aumentar posiciones. Pero hubo un dictamen en esa época del Ministerio de Finanzas indicando que no se podían entregar más recursos al sector Justicia, que es directamente relacionado a uno de los principales problemas en este país como es la seguridad. Si no hay suficientes fiscales que investiguen los delitos, no vamos a poder mejorar en seguridad.

Es necesario que el Gobierno, desde la línea ejecutiva, destine los recursos. Es necesario que el Legislativo se alinee a las reformas requeridas para que esto se pueda dar y, es necesario que se determine el proceso donde participe la Academia para que la selección no sea solo de forma, sino de fondo, y que las preguntas y los requisitos que se tomen en un proceso de selección sean acorde a lo que se requiere en el país y no necesariamente a lo que alguien ha querido importar.

Cada vez son más las acciones de jueces que interpretan el Derecho Constitucional.

Aquí hay opiniones divididas a nivel nacional. Yo mantengo la necesidad de establecer jueces constitucionales especializados. Hoy la Constitución establece que todos los jueces de cualquier materia pueden tomar casos constitucionales. Es un error. A pesar de que muchos se han entrenado porque les ha tocado a la fuerza y a muchos jueces le ha tocado coger maestría de Derecho Constitucional para actualizarse, no es su especialidad. Zapatero a sus zapatos. El Derecho Constitucional es altamente profundo y especializado y se desarrolla de manera acelerada. Nuestra Corte Constitucional actual produce fallos de manera constante que son reformas profundas al modelo. Uno no puede exigirles a todos los jueces, de paso muchos son multicompetentes de cantones pequeños, que además de cubrir todas esas materias, sean expertos en Derecho Constitucional.

¿Es necesaria ahora una nueva evaluación de magistrados de las cortes?

A ver, esto también es un tema que hay que tocarlo con pinzas. Siempre suena bien evaluar. Suena lógico. Sin embargo, hay que dejar claro que esos procesos deben ser institucionalizados, y no hacerlos porque entró un Consejo Transitorio o porque mañana hacemos una Constituyente o porque se nombró una comisión específica. Y no, porque lastimosamente se abre el espacio a que cada gobierno de turno diga vamos a evaluar y con eso saco a los que no me gustan y pongo a los míos. Eso es lo que ha estado sucediendo en nuestro país. Cada gobierno casi que entraba con su Corte Suprema con la excusa de renovación, con la justificación de evaluación, de mejoras... Pero si pasamos de tongo en tongo, no tenemos independencia judicial. Cuando no hay independencia judicial, entonces no podemos contar con una justicia responsable y honesta.

“En los concursos de selección, las preguntas son tremendamente mal desarrolladas. Hay mala redacción, hay mala gramática y mala sintaxis y a veces, hasta errores de fondo en el Derecho”.

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2022-01-14T08:00:00.0000000Z

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