Editorial Vistazo

FERNÁNDEZ VS. FERNÁNDEZ

Si quedaba la duda, hoy no la hay. Quien manda en Argentina es Cristina Fernández, que después de la aparatosa derrota en las elecciones primarias legislativas impuso al presidente Alberto Fernández, un nuevo gabinete. ¿Le salvará esto de una nueva debacle en noviembre?

En las primarias legislativas, conocidas como las PASO, la derrota del peronismo kirchnerista fue contundente. La importancia de las PASO radica en que la votación para conformar la lista de los candidatos no se limita a una votación interna de los partidos, sino que exige la votación general de todos los argentinos. Esto se convierte en una encuesta anticipada, sin margen de error, sobre los resultados en noviembre. El oficialismo, el Frente de Todos, obtuvo 31 por ciento frente a Juntos por el Cambio de Mauricio Macri, que obtuvo casi 10 puntos más, 40 por ciento y en la provincia de Buenos Aires, la más poblada la diferencia favorable a los macristas fue del cuatro por ciento. Desde 1983, el peronismo no había tenido una debacle igual. Los resultados tan favorables, inclusive, sorprendieron a los partidarios de Juntos por el Cambio. Según escribe en el periódico Perfil el consultor ecuatoriano que los asesora, Jaime Durán Barba, “me asombró el asombro que me produjeron los resultados. ¿Cómo es posible que, entrenado profesionalmente para manejar análisis concretos, me extrañe algo evidente?.. Parafraseando a James Carville, me dije a mí mismo: “¡Es la realidad, estúpido!”. Esa realidad es el resultado de dos años de gobierno de Alberto Fernández. En campaña prometió llenar las refrigeradoras de los hogares argentinos, pero hoy están vacías. La carne o el asado, parte fundamental de la dieta argentina, es cara y pese al control de precios lo que se consigue es “piltrafa”. Prometió proteger a los jubilados, pero sus pensiones se han hundido; disminuir el desempleo, pero el 70 por ciento de los menores de 30 quiere emigrar porque no consiguen plazas de trabajo y las grandes empresas por las medidas gubernamentales se han ido a países vecinos. “Según la Cepal, los países más pobres del continente son Venezuela con 96 por ciento de pobres, Cuba con 90 por ciento, Haití con 76 por ciento y Nicaragua con 45 por ciento”, añade Durán. Una coincidencia los une a todos: el socialismo. En definitiva, concluye: “El populismo se agotó. Los populismos funcionan cuando hay plata”.

Al conocer la derrota, Cristina Fernández enfiló la artillería contra el presidente Alberto Fernández, como único responsable de la debacle. Cristina arremetió con una carta furibunda al Presidente. La carta tiene nada menos que 19 “yo”, según los cuales ella le regaló la candidatura presidencial, sin su apoyo él sería nadie y por lo tanto debía aceptar, sin negociar, las proposiciones suyas. Entre otras cosas, las propuestas de un nuevo gabinete ministerial. Antes de que la carta se hiciera pública, hubo la renuncia de seis ministros kirchneristas. Después, Alberto cedió y cambió al gabinete. Los kirchneristas hablaron de una “Operación Rescate”.

No obstante, para otros analistas como el director de la revista Noticias, Jorge Fontevecchia, el arrebato de Cristina y la imposición de los nuevos ministros es una victoria “pírrica”. “¿Qué ganó Cristina Kirchner imponiendo su voluntad? A lo largo de casi dos años del Frente de Todos, las distintas

perspectivas sobre cuán omnímodo es el poder de Cristina Kirchner y cuán insignificante es el de Alberto Fernández y sus aliados reflejan los deseos de quienes opinan. Un Presidente vuelto insignificante ha sido la visión preferida de los opositores más duros porque es la que más perjudica electoralmente al oficialismo. Por eso resulta contradictorio que Cristina Fernández gane jibarizando a Alberto Fernández, más aún frente a una probable derrota en noviembre que acrecentará su responsabilidad”. Lo contradictorio de Cristina al imponer su voluntad, en los cambios ministeriales no está Martín Guzmán, ministro de Economía, cuando las principales críticas de

“El modelo se agotó, los populismos funcionan cuando hay plata para la demagogia”, Jaime Durán Barba, consultor político.

la Vicepresidenta han sido para el manejo de la economía y según las encuestas el 49 por ciento de los votantes aseguró que la situación de la economía definió su voto.

La derrota electoral habría exacerbado la vanidad de la Vicepresidenta, que fue contra la propuesta del Presidente de esperar a las elecciones de noviembre para ejecutar los cambios ministeriales. En noviembre también se cumple además el vencimiento de 19.000 millones de dólares de la deuda con el Fondo Monetario y todavía no se ha firmado un nuevo acuerdo. Tras el cambio ministerial, tanto Alberto como Cristina se esforzaron por decir que hubo un empate en las nuevas designaciones. No obstante, la prensa y medios no oficiales coincidieron en que “Cristina se impuso… ganó posiciones”. Esto habría satisfecho el ego de Cristina, que no ha aprendido de sus pasadas derrotas frente a Macri, hace ocho años y ahora. Todos coinciden que la derrota en noviembre será mayor pues por ahora, según Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría: “Revertir el resultado nacional no parece entrar en el escenario de lo posible. Cambiar el resultado de la provincia de Buenos Aires parece difícil, pero no imposible, aunque la dirigencia oficialista no aparezca hasta ahora con la cohesión necesaria para intentar esta difícil tarea”. Sin embargo, esa actitud de ligero optimismo es utópica, pues según las encuestas el 74 por ciento de los electores sostuvo que votaría lo mismo en noviembre.

Internacional

es-ec

2021-10-07T07:00:00.0000000Z

2021-10-07T07:00:00.0000000Z

https://vistazo.pressreader.com/article/282063395138590

Vistazo