Editorial Vistazo

Arturo Torres

Por Cecilio Moreno Mendoza cmoreno@vistazo.com

“En 2014 se promulga un nuevo código penal y se cambia el sistema. Se decide crear estas ciudades penitenciarias, para embodegar seres humanos”.

Arturo Torres, periodista de investigaciOn. En las dos illtimas decadas ha seguido las infiltraciones del narcotrafico en la politica y en la sociedad. El asegura que el paradigma de que somos pais de transito se acabO: "Producimos. Hay laboratorios en la frontera, se capturan todos los meses".

Arturo, parafraseando a aquellos jóvenes de la Ruptura, ¿cuándo se jodió el país? ¡Ja, ja! Todo este fenómeno que ahora tiene un episodio de violencia en las cárceles empieza a germinar desde mediados de la década de 2000. Allí aparecen los primeros registros de la incursión del cártel de Sinaloa en Ecuador. Recordemos que capturaron a César Fernández, exgobernador de Manabí, en una avioneta en el año 2003. Lo previo era que él había estado en la campaña de Lucio Gutiérrez y ahí es que se empezaron a evidenciar los nexos entre política y el narcotráfico. Ese creo que es un primer antecedente para entender cómo empieza esto.

¿Por qué necesitan ese tipo de nexos?

Creo que ese también es un punto que no se ha abordado mucho. Los cárteles necesitan actores políticos para tomar decisiones a ciertos niveles, para direccionar las operaciones y hacerlas en un sitio y no en otro. Todo este patrón ya empieza desde esa época.

El cártel de Sinaloa ya identifica a ciertos políticos y empiezan a llegar de manera sostenida al Ecuador, que empieza a convertirse en una zona importante de paso de cocaína de Colombia, sobre todo.

Después de Lucio, la siguiente campaña la gana Rafael Correa. ¿También hubo nexos?

Creo que otro quiebre importante es la llegada de Rafael Correa al poder. Mi hipótesis es que Correa, por los compromisos que tuvo desde la campaña con las FARC a través de sus delegados, se obligó a tomar decisiones que les favorecen a las FARC y por lo tanto al crimen organizado y a estos grupos narcoterroristas. Los hechos nos dicen que las decisiones desde el Gobierno beneficiaron al crimen organizado y al narcotráfico.

¿Por qué?

Luego del bombardeo de Angostura aparecen todos los vínculos que había entre funcionarios de su gobierno con las FARC y se conoce cómo las FARC financiaron la campaña de Rafael Correa. Entonces él empieza a tomar decisiones que debilitan el control antidrogas. Y eso es un hecho. Lo que hacen es allanar el camino para facilitar las operaciones del narcotráfico. Empiezan por el desmantelamiento de los sistemas de inteligencia, se elimina el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) que era integral para responder a amenazas más complejas. Todo lo hace el entonces presidente Correa.

Todo el control se centraliza en el Presidente y en la gente de confianza de él. Sale la base de Manta y para reemplazarla se contratan drones israelíes, que creo que eran siete que sirvieron dos años y ahí se quedaron sin repuestos. No se instalaron radares. Fue una cosa absurda lo que pasó. Esa serie de decisiones debilitan absolutamente el control antidrogas y lo que hacen es facilitar el narcotráfico.

¿También se controló la información en ese gobierno?

La narrativa se enfocó a minimizar el problema del narcotráfico y a sobredimensionar el tema del microtráfico. Recuerdo que, en los medios de comunicación, los que decíamos que habría aquí la presencia de Sinaloa abriendo “El Chapo” Guzmán empresas de fachada para lavar dinero, enseguida nos empapelaban con esas cartas de rectificación diciendo que no, que aquí no hay narcotráfico, que aquí no está el cártel de Sinaloa, que el único problema es el microtráfico. Estos ataques a la prensa para silenciar cualquier información sobre narcotráfico y los cárteles, venían desde el entonces ministro del Interior José Serrano. Esa era una constante. A partir de ahí, en 2012 empiezan a llegar sistemáticamente ya otros cárteles europeos, sobre todo albaneses y montenegrinos.

Creo que es importante también mencionar que el año 2014 se agrava la crisis con el Código Orgánico Integral Penal (COIP). Se cambia el sistema. Se decide crear estas ciudades penitenciarias, para embodegar seres humanos y donde una mayoría son microtraficantes.

¿El COIP complicó aún más las cosas?

El sistema judicial está hecho para proteger a los investigados de narcotráfico. La Fiscalía tiene que notificarles antes de empezar a investigar. Le tiene que decir: ¿sabes qué? Te vamos a investigar. Y eso a un alguien de quien ya tienen evidencias de que mantiene vínculos con el narcotráfico. Son una serie de decisiones en el lado judicial que básicamente lo que hacen es fortalecer el trabajo de los cárteles.

Antes se hablaba solo de Sinaloa, hoy escuchamos también Jalisco Nueva Generación. ¿Cuándo llegaron estos últimos actores?

El cártel Jalisco Nueva Generación (Jalisco NG) empieza a tener presencia en el país desde 2016, cuando “El Chapo” es detenido en México y extraditado a Estados Unidos. Entonces se debilita el cártel de Sinaloa y Jalisco NG empieza a emerger. Ecuador es un espejo de lo que ocurre en México ahora mismo. La característica de Jalisco NG es su violencia extrema. No es que llegan acá los capos del narcotráfico, porque ya el esquema cambió. Ellos mandan delegados a que hagan el traba

“La droga en el país es un negocio de 900 millones de dólares al año. La mayoría, el 50 por ciento, va para los cárteles. El 20 por ciento se queda en el Ecuador. También se lava mucha plata. El tema de lavado ha pasado también desapercibido”.

jo. También con el tema telemático eso se facilitó. Ellos tienen esquemas, hacen el trabajo sucio, contratan redes, dan seguridad, ejecutan el sicariato. Son las bandas que empiezan a crecer y a empoderarse.

¿Y por qué son tan violentos? Desde mi punto de vista es porque desde 2016 les empiezan a pagar a estas megabandas, con droga, con coca. Ellos esa coca la convierten en miles de dosis. Y el microtráfico crece muchísimo en Guayaquil, pero también en Quito y en Cuenca y ahí viene el fenómeno de la violencia. No tanto a nivel de los cárteles porque ellos siempre han preferido tener un perfil muy bajo. De hecho, las muertes relacionadas con el tráfico internacional de drogas son apenas siete hasta el mes pasado. Pero hay 277 muertes relacionadas con el microtráfico. Eso genera una disputa de territorio entre las bandas (Lobos, Choneros, Tiguerones, Águilas) que empiezan a ver que es muy rentable el negocio. Es a ese nivel que estalla la violencia.

Las bandas se disputan el mercado de una manera absolutamente violenta. Y esto se traslada a las cárceles. Desde las cárceles se controla absolutamente todo.

¿Cuánto dinero mueven los narcos?

No se ha hecho una cuantificación, pero lo podemos intentar. Este año vamos a llegar a otra cifra récord de incautaciones de droga. Los cálculos son de 150 toneladas para este año. Esto significa que han pasado unas 600 toneladas, porque se captura más o menos entre el 15 y el 20 por ciento. Si sabemos que un kilo de cocaína está en 1.500 dólares, cada tonelada costaría 1,5 millones de dólares. Entonces es un negocio de 900 millones de dólares al año. La mayoría, el 50 por ciento, va para los cárteles, que son los que más capitalizan. El 20 por ciento se queda aquí en el Ecuador. Es decir que también se lava mucha plata. El tema de lavado ha pasado también desapercibido.

¿Esas ganancias son solo por el tránsito de la droga?

El paradigma de que somos país de tránsito se acabó. Producimos. Hay laboratorios en la frontera, se capturan todos los meses. Hay plantaciones que se siguen descubriendo en lugares inaccesibles de Sucumbíos. Hay incluso refinerías para refinar el petróleo directamente y convertirlo en gasolina para procesar la cocaína. Estamos en otro momento. Está variando muchísimo la participación del Ecuador. No solamente tienen que ver con los cárteles mexicanos, sino con cárteles europeos e incluso gente que llega desde Medio Oriente. Transan directamente los negocios en la frontera en Colombia con los cárteles colombianos que tienen un perfil mucho más bajo.

Tu primer libro fue “El juego del camaleón” donde delineaste un escenario que se actualizó con “Rehenes”. Hoy asistimos a lo más macabro del juego del narcotráfico… ¿Habrá “game over”?

¡No, no, no, no, no! Sobre todo porque no veo claridad desde el gobierno para enfrentar el tema. Es como que no tenemos un diagnóstico para elaborar un plan desde diferentes entidades. Todo está muy descoyuntado. Se piensa que es elocuente el ver tanquetas de militares tratando de controlar al crimen organizado. Esto es patético porque te muestra el nivel de conocimiento y comprensión que tiene el gobierno del tema. Es realmente sorprendente esa visión.

“No tenemos un diagnóstico para elaborar un plan desde diferentes entidades. Todo está muy descoyuntado. Se piensa que es elocuente el ver tanquetas de militares tratando de controlar al crimen organizado. Esto es patético. Es realmente sorprendente esa visión”.

“Hay incluso reƿnerías para convertir el petróleo directamente en gasolina para procesar la cocaína. Está variando la participación del Ecuador. No solamente tiene que ver con los cárteles mexicanos, sino con cárteles europeos y de Medio Oriente”.

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2021-10-07T07:00:00.0000000Z

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