HABITACIONES DISPONIBLES

La capacidad hotelera no es el problema en Carchi e Imbabura, sino la pernoctación de los turistas. Ambas provincias ven cómo los viajes de negocios son más que el turismo.

“El turismo es lo que va a salvar a estas propiedades, por eso la comunidad ha asumido responsabilidades para trabajar en los sectores”. Así explica Fernando Polanco sobre cómo los comuneros de la Zuleta, en la provincia de Imbabura, se han comprometido a explotar el turismo. La Hacienda Zuleta es la propiedad más grande de la comunidad y perteneció a Galo Plaza Lasso, expresidente de la República. Allí realizan diferentes trabajos, desde turísticos hasta queseros.

Con el pasar de los años, la familia Plaza optó por conservar y dinamizar las actividades dentro de la hacienda. Polanco, nieto del expresidente, es el actual gerente de la Hacienda Zuleta, donde funciona un hotel, un restaurante, una fábrica de quesos, un refugio para cóndores y bosques donde cruzan osos de anteojos. Son alrededor de 1.000 hectáreas donde los turistas tienen a su alcance diversas actividades. Es el caso más exclusivo que brinda el norte del país, dentro de su amplia oferta.

Según la Cámara de Comercio y Producción de Ibarra (CCIP), en la provincia existen alrededor de 450 hoteles en toda Imbabura. Mientras que un estudio de la Universidad Técnica del Norte contabilizaba alrededor de 50 lugares de alojamiento en Carchi. La ocupación hotelera, en promedio de temporadas altas y bajas, no supera al 50 por ciento entre las dos provincias.

Rubén López conoce muy bien este fenómeno porque tiene más de 40 años en el sector hotelero. Es el propietario más antiguo de Ibarra con la Hostería El Prado y explica que la ciudad dejó de ser turística cuando dejaron de realizar las carreras en el autódromo de Yahuarcocha, hace menos de un lustro. Desde entonces se enfrentan con una cruda realidad. “Al ser comercial, la gente que viene lo hace por negocios o de paso”, describe López.

“Cada iniciativa es aislada, es una pena porque Imbabura tiene los recursos para ser una potencia turística. La gente nos conoce por los lagos, pero debemos ofrecerle más”, señala López. A decir del decano de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Politécnica Estatal del Carchi, Hernán Benavides, el turismo comunitario está ganando cabida, pero este debe contemplar hosterías, viveros y restaurantes. También reconoce que el actual turismo de comercio de Tulcán no genera ingresos, porque la gente que llega a la ciudad lo hace para cruzar la frontera y gastar los dólares allá.

El alcalde de Tulcán, Cristian Benavides, indicó que a partir de la declaratoria de “polo de desarrollo”, se prevé la construcción de un hotel cinco estrellas en la capital carchense. Según sus proyecciones, la inversión rondará los dos millones de dólares. Para esto, trabajarán en iniciativas para promover eventos de gran magnitud, como las rutas ciclísticas o competencias Ironman.

Entre ambas provincias disponen de más de 450 hoteles y hosterías. Su oferta es muy variada, desde habitaciones sencillas hasta estadías en haciendas de lujo.