INNOVACIÓN RESPONSABLE

Es uno de los principales retos del norte del Ecuador: apostar por la industrialización. Aquellas que lo hacen procuran manejar operaciones sostenibles, económica y ecológicamente.

Las industrias en Imbabura se encuentran lejos de su capital, Ibarra, aproximadamente a unos 40 minutos, cuando se llega a Otavalo. Estas pertenecen a los sectores textiles, de la construcción y alimentos. En Carchi es un ambiente distinto, las industrias se distribuyen en el centro de Tulcán, su capital. El común denominador de ambas provincias es que son pocas las empresas dedicadas a los procesos industriales.

De acuerdo a la lista de las 100 empresas más grandes de Carchi e Imbabura, las industrias apenas representan el 20 por ciento. En conjunto, esas firmas generaron 121 millones de dólares en ingresos en el último año, de acuerdo a los datos de la Superintendencia de Compañías. Dentro de esa categoría, las empresas luchan por tener una importante participación nacional de sus productos, lo cual le significan inversiones en maquinarias e identificar las nuevas necesidades de los consumidores.

Un caso es Empresas Pinto, dedicada a la fabricación de textiles y a la confección de prendas de vestir. La compañía inició sus operaciones hace más de 100 años en Otavalo. María José Pinto, gerenta de la compañía, asegura que confía en el desarrollo de Imbabura. “Nuestro aporte está en la inversión que realizamos. La última fue una maquinaria italiana para el proceso de colorización de tela”, explica Pinto, quien es bisnieta del fundador de la compañía.

Pinto es de las pocas fábricas en Imbabura que se dedica a la industria textil. Es decir, convertir los hilos en tela para su confección. La gerenta agrega que durante el confinamiento por la pandemia identificaron un cambio en el hábito de consumo. Por ejemplo, hubo mayor demanda de pijamas, ropa interior y vestimentas deportivas.

Otra de las industrias que ha diversificado su producción es UNACEM Ecuador. La compañía se dedica a la producción de cemento en su fábrica a las afueras de Otavalo. El gerente de Planta, Diego Moreno, indica que por pedidos del Metro de Quito o de la Represa Hidroeléctrica Manduriacu, han elaborado productos con especificaciones distintas (mayor compacto o resistencia a la humedad). “Aprovechamos ese know how para ofrecer esas variedades. Salimos del mito de que el cemento es el mismo para cualquier tipo de construcción”, explica Moreno.

Por tal razón, la compañía ha invertido más de 13 millones de dólares en un nuevo molino. “Para diversificar más productos se requiere una mayor flexibilización en la producción”, manifiesta Moreno. La planta dispone de avanzados sistemas de automatización, por lo que requieren más personal en las zonas de logística y traslado.

Tanto Pinto como UNACEM Ecuador procuran ser responsables ecológicamente con sus operaciones. Por tal razón, la empresa textil dispone de una planta para el tratamiento de agua en sus procesos, mientras que UNACEM restaura los espacios explotados a medida que continúan con sus trabajos.

Las industrias representan el 20 por ciento entre las 100 empresas más grandes de Carchi e Imbabura. Juntas generaron alrededor de 121 millones de dólares el año pasado.